La sonoterapia armoniza el cuerpo y la mente con el fin de restablecer el equilibrio y la salud.
Hace más de 15 años empecé mi maravilloso viaje de sanación, superando muchas heridas emocionales. En este camino exploré una amplia gama de terapias.
Fascinada por el poder de la sanación cuántica, la sanación vibracional y la bio-descodificación, desarrollé a lo largo de los años mi propio método dawi sonoterapia.
En mis sesiones sirvo de canal para el sonido utilizando mi voz como instrumento.
En función de la persona receptora integro el uso de otras herramientas tales como instrumentos musicales, Ho’oponopono o meditaciones guiadas.
Nuestro cerebro emite constantemente diferentes vibraciones dependiendo de nuestra conciencia y atención. La mayor parte del tiempo estamos en un estado de ondas beta que reflejan nuestro pensamiento consciente y lógico. La cantidad adecuada de ondas beta nos permite centrarnos en nuestras tareas pero un exceso puede provocar estrés y ansiedad.
Uno de los efectos más poderosos de la sanación con sonido es la reducción del estrés. También puede aliviar la ansiedad, trastornos del sueño, depresión, estrés postraumático y dolor.
El sonido puede ayudar al cerebro a alcanzar un estado más reposado y tranquilo, envía ondas alfa y en esta frecuencia la mente y el cuerpo se vuelven más receptivos a la curación, así ralentiza las ondas cerebrales.
Los sonidos curan al conectar resonancias físicas y emocionales.
Muchas dolencias físicas son provocadas por desequilibrios emocionales.
Cuando se cura el cuerpo emocional, los síntomas físicos suelen desaparecer.
La sonoterapia ayuda a devolver al cuerpo su propio equilibrio dinámico innato.
Una sesión es pasiva y participativa al mismo tiempo. La persona se acuesta relajada mientras escucha mi voz y el sonido de los instrumentos (cuencos tibetanos, monocordio, tanpura, tambor chamánico, koshis, gong). Cada sonido sumerge al receptor en un mar de vibraciones curativas, obteniendo al instante los beneficios que, con el tiempo, se irán consolidando.
